Dos reglas hay en el mus
que habrás de usar a diario:
no engañar al compañero
y no creer al contrario
En el mus más pueden tretas
que recetas.
Cuidado con el veterinario
que de una coz mató a un caballo.
Donde te ganes la peseta
ten cerrada la bragueta.
Este tío discute hasta con el Ángel de la Guarda.
Cuando al mus juego,
dejo las penas para luego.
(Severino Arranz Martín, El mus es algo más, Editorial Temple S.L.)
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