Chorradas de encargo

  
Contaba Cela que un alcalde le había pedido que diera el pregón de las fiestas de su ciudad; y que él le respondió que andaba con mucho trabajo escribiendo y con otros compromisos y que no tenía tiempo para preparar un pregón , a lo que el alcalde le respondió que no hacía falta que preparara nada , que con que se asomase al balcón y dijese cuatro chorradas bastaba. Camilo le escribió diciéndole que él era muy mirado y que siempre procuraba no decir chorradas, y que si las decía era muy a su pesar (y más siendo de encargo, osea pagadas)